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LA GRAN MURALLA
China

La Dinastía Han
El mundo viene a China

La Dinastía Han: El mundo viene a China

Luego del colapso del imperio Qin, China fue una región caótica. Incluso la Gran Muralla de Qin Shi Huang empezó a arruinarse, debido a los años de abandono. De nuevo, las fronteras del norte China se encontraban a la merced de fieros extraños conocidos como los Xiongnu (= hunos).

En el año 206 antes de Cristo, llegó al poder una nueva dinastía, la Han, y el imperio empezó a moverse en una nueva dirección, más abierta. Los Han restauraron gran parte de la literatura clásica de China, especialmente los trabajos de Confucio. También establecieron un gobierno central fuerte pero más humano, crearon el primer sistema de escuelas públicas y, en una lucha que duró casi 70 años, eliminaron total y definitivamente la amenaza Xiongnu.

Con esta victoria de Han Wu-Di, el más importante de los emperadores Han, vino una expansión hacia el oeste, hacia los grandes espacios de Asia Central. Para proteger esa frontera, Wu-Di empezó la segunda gran campaña china de construcción de muralla. Sus ingenieros restauraron la ruinosa muralla Qin y la extendieron en casi 500 kilómetros más a través del desierto de Gobi.

Con Asia Central bajo control Han, se establecieron rutas seguras para las caravanas - las legendarias Rutas de la Seda, abriendo China al comercio y la cultura del mundo occidental. Comerciantes de Roma, Antioquía, Baghdad y Alejandría viajaban hacia el este para comerciar con jade, oro, especies, caballos, gemas preciosas y, desde luego, seda. No importaba la ruta por la cual viajaran, no podían llegar a sus destinos sin pasar a través de la Gran Muralla.

Pronto florecieron vibrantes mercados en estas puertas seguras, donde los traficantes de lejanas tierras intercambiaban conocimiento e ideas junto con sus bienes. El mundo estaba cambiando, volviéndose más pequeño, y la Gran Muralla jugaba un rol vital.

Secretos de la Muralla Han

Muralla Han
Sin piedras disponibles en el desierto, los obreros usaron cañas para mantener unidas las secciones de la Muralla Han.

En el árido desierto de Gobi, la pobre calidad del suelo arenoso obligó a los constructores Han a recurrir a un antiguo y trabajoso método de construcción de muralla. En primer lugar, colocaban una camada de ramitas de álamo rojo en el fondo de un marco de madera, entonces llenaban el marco con una mezcla de agua y grava fina, la cual era apisonada hasta que estuviera sólida. Cuando la mezcla se había secado completamente, se retiraba el marco de madera, dejando una losa sólida de tierra apisonada, fortalecida con las ramitas lo mismo como el concreto moderno es reforzado con varillas de acero.

Los Han también agregaron torres de vigilancia a la Muralla, espaciadas cada 25 a 50 kilómetros. Se usaba columnas de humo para avisar a los defensores de un ataque. Una columna de humo significaba que un puesta estaba siendo amenazado por una fuerza de menos de 500 tropas; dos columnas indicaban una fuerza de ataque menor de 3,000, y así continuaba. Los Han encontraron que el sistema de señales enviaba los mensajes más rápidamente que un jinete en un caballo.

Lo que la Dinastía Han legó al mundo

Durante el imperio Han se inventó el papel, la porcelana y la primera carretilla del mundo, lo que permitía que un solo obrero transportara una carga tan pesada como 200 kilogramos. Durante esta dinastía, los científicos chinos crearon el primer compás del mundo y el primer sismógrafo simple. Este consistía en un envase ornamental de bronce fundido, que tenía nueve dragones en un círculo, con las cabezas hacia afuera. Cada dragón sostenía delicadamente una bola en sus mandíbulas. El instrumento estaba diseñado para que cualquier temblor sísmico hiciera que cayera la bola de las mandíbulas del dragón que estaba en dirección del temblor, alertando a los funcionarios de un terremoto en una provincia distante.

Alfarería Han
Una muestra de alfarería Han

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Autor de la página: José E. Marcano